El arte del branding emocional y el contenido
Publicado el 09/10/2019
Estrategia y marketingLas emociones son el motor de las acciones. El branding emocional lo sabe y, por ello, se ha empeñado en despertar el universo emocional del consumidor.
De esta manera, el contenido que no solo aporta valor, sino que también mueve y conmueve, desempeñando un papel especial. Estos textos son un canal de comunicación con nuestros consumidores, con los cuales nuestra marca genera compromiso. ¿De qué manera? ¿Por qué es esencial abrirse ante el abanico de las emociones que vivimos?
La publicidad ha apelado desde casi siempre a las vísceras y al instinto más primario de las personas. Las marcas, a través de diferentes mañas, nos enamoran a cada instante. Así, la comunicación en marketing ha de poner el foco en transformar la marca en un elemento que nos conecte con las emociones. Todo ello para que la interacción se torne afectiva y significativa para nosotros. Esto es el branding emocional.
De este modo, las acciones de marketing emocional y la publicidad quedan marcadas por los valores de la empresa. Esta transmite, a través de esta estrategia, valores, emociones y sentimientos. Hace partícipe y entabla una relación de confianza y complicidad con nosotros. Esta táctica aporta beneficios considerables.
Por tanto, la esencia del branding emocional entronca con unos contenidos que relatan una historia capaz de empatizar y marcar positivamente nuestra experiencia como clientes. Relatos que los clientes fieles difundimos en nuestras redes sociales y que, además, compartimos entre nuestros compañeros, amigos y familiares. ¿Dónde residen los puntos clave de estas narraciones emocionales y emocionantes? Veamos.
El storytelling o arte de contar una historia que nos impacte como clientes es vital a la hora de despertar emociones. Esta narrativa transmedia se centra en crear una o varias historias que se relacionan entre sí.
Estas narraciones interrelacionadas podemos reproducirlas en diversas plataformas multimedia con el fin de que participemos y adquiramos una experiencia que nos sumerja en nuestro mundo emocional. Así, el storytelling regala una ventaja considerable: los clientes podemos colaborar y contar con una experiencia de conexión emocional. Con estas narraciones pretendemos dejar una huella en los consumidores, que se emocionan al compás de la marca que ha sido desencadenante del relato o los relatos.
Con todo ello, nuestra empresa ya deja de pensar en comercializar sus productos y servicios para priorizar la experiencia del usuario. Hacer a las personas partícipes se perfila como un rasgo característico que, no en vano, integra a nuestros consumidores, que se sienten escuchados y valorados. Estas campañas de branded content ponen el foco no solo en llamar la atención del cliente, sino también y, en especial, en interactuar con nuestros usuarios.
En el contexto actual, cuyas plataformas de base son Internet y las redes sociales, estos relatos han de estar estructurados y planeados para poder ser transmitidos. El fenómeno a través del cual compartimos y difundimos es nuestro aliado; vemos cómo nuestros contenidos se viralizan, lo cual es la mejor manera de promocionarlos.
En definitiva, la estrategia de branding emocional llena a los consumidores con sus mensajes relatados para ser transmitidos. A su vez, estos clientes se convierten en los mejores contadores de historias de nuestra marca, ya que se sienten motivados y emocionados por ella. No solo son consumidores, sino portadores de experiencias significativas y dignas de difundir.